lunes, 26 de agosto de 2013

A ver... escuchen con el corazón

Sí, lo soñe.
Eramos tan jóvenes, tan lindos,  tan llenos de ilusiones y creíamos querernos como nadie, era complicado lo que teníamos que afrontar pero había mucho amor, nos embarcamos en una vida en común y fuimos padres...  quizás no los mejores, la edad nos hacía necesitar a nuestros padres no ejercer de ellos. Vivíamos una vida de adultos que no nos correspondía, era nuestro juego de mayores.
En algún momento entramos en la realidad y no supimos llevarla,  uno peor que el otro,  que se perdió en un mundo dónde cada vez estaba más solo, más perdido y no sabía encontrar la salida. Aveces yo me preguntaba por qué...y le miraba añorando lo que fuimos, intentando que reaccionara,  otras le abandonaba a su suerte, volviendo siempre y no dándome por vencida aunque mis lágrimas mojaban y arrugaban cada vez más mi cara.
Me miraba en el espejo y soñaba despierta con verme felíz con él a mi lado, recordaba sonrisas y anhelaba aquellos años que ya quedaron tan atrás y nuevamente las lágrimas hacían presencia. Me sentía la mujer más infeliz y sentía la fragilidad de mi persona que cada vez más acuciaba problemas con la salud. Aún eramos tan jóvenes y estábamos tan perdidos, nuestros hijos se hicieron mayores en un mundo de adultos roto y eso no se podia seguir permitiendo, me puse de nuevo a luchar, así como estaba rota, fea, prematuramente mayor y sabéis qué? ..sigo estando perdida a ratos pero ahora sonrio todos los días y mucho por que estoy feliz, afronto la vida y lucho contra mis miedos y le tengo a mi lado a él que siempre fue él y que tuvo el valor y la fuerza de encontrar una salida ,sí con mi ayuda pero el esfuerzo y lo duro era trabajo de él. La vida me ha dado otra oportunidad y la estoy aprovechando, hasta hemos recuperado nuestra luz y se nos ve estupendos, no bajaremos la guardia y seguiremos viviendo. Cerrando las bocas de quiénes no quisieron ayudar y manteniendolos a un lado, los que disfrutaron con mi dolor no serán partícipes de nuestra felicidad, todos los demas estáis invidatos a compartir con nosotros.
Os saludo y ofrezco lo mejor de mí, las experiencias de mi corazón, un abrazo para todos.

jueves, 22 de agosto de 2013

En tiempo real.

Hoy.

El tiempo va pasando y un día ante las adversidades te paras te analizas, tú, la familia, las amistades, situaciones, la vida en general y ahí es cuando ves si has vivido o no y si has aprendido o no y cuanto más nos queda por aprender,en estas circunstancias es cuando más aprendemos. Lo más difícil es dejar aun lado los miedos a no tener tiempo de disfrutar la vida.
Las personas somos seres independientes de emociones compartidas y como tal deberíamos aprender a vivir no debemos depender de la pareja, hijos o amistades ya que tienen sus propias vidas de la cual formamos parte pero no somos imprescindibles, que cada uno tenga su propio espacio y viva sus emociones nos hace más fuertes evitando así la dependencia de otros, no hay que confundir esto con pedir ayuda, la comunicación de nuestras necesidades es básico para la vida, si nos educamos desde pequeñitos como seres independientes luego a lo largo de la vida nos irá mejor, no crearemos ansiedades en los que nos rodean y afrontaremos las situaciones de la vida con una cierta normalidad ya que los sentimientos mandan ante las emociones. Los vínculos de unión son muy buenos respetando siempre el lugar que nos corresponde en ellos, así un padre y una madre ejercerán como éstos, educando a sus hijos en los valores establecidos en la familia, dejandoles tener su propia voz, sabiendo que el día de mañana formaran sus propias familias.
Todo somos uno en los momentos críticos de la vida, incluido amigos, pero cuando esto se normaliza volvemos a ser uno y es lo que debemos aprender....al final solo quedamos nosotros y cuanto más nos cuidemos y nos queramos más fuertes seremos, sentiremos la felicidad en las pequeñas cosas que nos rodean y en las situaciones compartidas con los demás.
Comprender que todos y cada uno somos independientes no es fácil ¿qué padres tienen la fuerza de dejar caer a sus hijos? sabiendo ellos por su experiencia como evitar la caída, sabemos que lo mejor es que caigan y ellos solos se levanten pero tememos sus heridas y tendemos a evitar su sufrimiento, cuando en realidad estamos retrasando el golpe, afortunados aquellos que no tengan golpes, vamos ha dejarnos tropezar para aprender a levantar y una vez tropezados demos nuestra ayuda para curar las heridas, por que al final todos vamos ha tropezar y necesitaremos de otros para levantar y una vez en pie ya caminaremos solos otras vez.
Y ahora voy a aprovechar lo que tengo en tiempo real, voy a vivir todo, disfrutar de los momentos y de quienes me rodean intentando no mirar más allá, si quieres me acompañas.... pero se que yo sola he de hacer mi vida.




Un abrazo para todos los que pasáis por aquí.

jueves, 1 de agosto de 2013

El tren de las segundas oportunidades, tambien pasa por donde no hay luz

Me gustan los finales felices.

María cerraba los ojos y podía recordar con lujo de detalles la primera vez que le vio, él se acerco a saludar en aquel tumulto de gente que se reunían los sábados en la playa, ella era solo una niña empezando a escribir sus recuerdos, fue verle y empezar a sentir algo nuevo que le hacia perder la cordura y se apoderó de sus pensamientos, a partir de ahí solo necesitaba volverlo a ver.
El le busco, estaban destinados... y empezaron a verse todos y cada unos de los días de sus vidas, sentían una atracción irrefrenable, juntos se volvían unos locos felices en un mundo de irresponsabilidades, que pronto les pasaría factura, factura en la que no pensaban ni por una remota casualidad, juntos se desquitaban de la realidad y se amaban incluso con brusquedad, era una quema de adrenalina mutua que regeneraba sus vidas o eso creían ellos y así se disfrutaban día tras día rozando los límites de lo natural y transgrediendo las leyes de lo saludable.
Y llegó la factura de sus actos, los bajos al sótano de la realidad pasando por distintos pasillos oscuros que no sabían recorrer.
Sus vidas empezaron  a ser como otras muchas almas infelices que pasean por el mundo con falsas máscaras de felicidad, falsos calcos del espejo de la realidad.
Pero en el interior de ambos aun respiraba el recuerdo de antaño, aquella fuerza aún respiraba solo había que saber dosificarla para que su uso fuese beneficioso para ellos, buscó la forma de salir arrollando con lo negativo y empezó a subir peldaños del sótano para abordar por completo la escalera, cruzar largos pasillos en los que ya se empezaba a ver algo de luz, con la rodillas quebradas y los pies cansados llegaron al rellano de sus vidas y ahí estaban ellos compartiendo espacio sin empujarse, acercándose para no caer, encontrándose a si mismos ya con vidas más pausadas y reflexionadas por los recibos de una vida de excesos a la que no querían volver.
¿Quién dijo que no se podía?, que no había segundas oportunidades.....toda lucha tiene su recompensa y ésta es el disfrute mutuo de dos personas que arden con el roce de su piel, que se envuelven en una dulce locura imprescindible para tener cordura a la que ellos llaman amor.
Hoy ambos cierran los ojos para respirar tranquilos y disfrutar de lo conseguido, orgullosos de una familia creada y siguen escribiendo párrafos de una vida juntos que aun no tiene punto y final.