Ella

Ella había derramado suspiros durante años, por quien creía ser el amor de su vida. Pero hay amores que matan y éste lo hace sigiloso y doliendo desde dentro. Sabiéndose desdichada terminó por retirarse de su lado y se refugió en un falso amor, intentó ser feliz pero lo que no nace del corazón no crea cimientos. Pobre mujer ilusa que se creyó inteligente y no disfrutó del amor, hoy compensa su error con el amor de sus hijos, hijos de un hombre por el cual nunca suspiró.

Sola

Estuve tanto tiempo sola, mirando esa luz de la calle que entraba por mi ventana, que aprendí a odiar a quienes me abandonaron, obligándome a estar entre aquellas cuatro paredes que parecía mi casa. Pero el tiempo me hizo fuerte y de cada llanto saque algo aprendido y de cada locura de pensamiento una meta a cumplir. La ira dio paso a la paciencia y ésta dio paso al tiempo que trajo nuevas personas a mi vida, ellas me hicieron olvidar a quienes me dañaron y consiguieron sacar de mi todo el bien que poseo. Hoy miro a aquellas personas y pienso en lo largo que fue mi aprendizaje y lo a gusto que me siento al ver como el mal encontró la horma de su zapato.

Recuerdos dormidos.

Caminaré descalza por los sin sabores de tu piel, recordaré cual momento efímero agradable del ayer, me miraré en tus pupilas y en tu aliento me desvaneceré. Solo así alcanzaré a regalarte mi perdón, porque mi alma hace tiempo que a ti se entregó.
Somos corazones errantes por la espesa nube del deseo, fuego de un sexo abrasador insatisfecho que perdona bajo la sospecha del deseo, deseos de un amor dormido y mudo que vive en el recuerdo.

Somos

Puedo ser el refugio de tu mirada cuando busca aliento, puedo ser el café de las cinco y el de las seis de la mañana. Soy tu caminar despierto y tu soñar dormido, soy quien te besa sin permiso y quien te ama sin remilgos. Soy quien buscas y eres quien encuentro, somos la consecuencia por la que un día perdimos la verguenza.

El escondite de la letras.

Bajar allí donde las letras son mi refugio, donde no importa si bien o mal, donde expresarme con libertad es la norma, donde el todo encuentra camino y el destino va de la mano de la ilusión.
Allí donde perderse es abrir sendas de sueños, donde las letras te escuchan con sentimiento, donde el mal no duele y si duele tiene antídoto.
Aquí la pasión tiene dueño y comparte sus juegos conmigo.
Danzamos entre sensaciones y nos servimos la vida en letras, letras para el recuerdo y para el sosiego de las mentes intranquilas.

Tristeza

La desilusión fue inundando sus pupilas, hasta que se colmaron de infelicidad. Infelicidad enjuagada en una fina lluvia con toques a sal, ésta rebosante se escurrió sin vacilar, sobre unas mejillas sonrojadas y unos labios que esperaban su toque a sal. Las manos secan su cara y se esconden entre el cabello, rebelde por el viento, en un intento vano de apartar la infelicidad. Fue esa lágrima, la que recorrió hasta su boca, la que le salvó de llorar transportando sus recuerdos a orillas un mar. Son esos minutos tan hastiados, los que nos hacen llorar, los que también tienen el poder de hacernos sosegar.