Alguien, una persona como tantas. Pudiera ser cualquiera, con un pasado ni mejor ni peor simplemente un pasado.
Apreta los dientes con fuerza porque padece la irrefrenable necesidad de gritar, piensa que si lo hace rompe el maleficio que bloquea que las cosas salgan bien.
Alguien no entiende porque se apodera de él la sensacion de tristeza que le hace frenar contra un muro infranqueable de pena y angustia que le envuelve en su interior.
Levanta la mirada y sonreía... busca sentirse bien con lo que le rodea, busca siempre el lado bueno de las cosas, pero al final tropieza nuevamente con el muro. Intenta saltarlo, voltearlo, girarlo e incluso romperlo pero habita en su interior un operario más rápido que el mismo, que levanta nuevamente ladrillo a ladrillo el muro infranqueable, de ahí su impotencia, la necesidad de gritar de romper con lo que le rodea, no es feliz con su vida y no tiene vistas de serlo pero también es claro consigo mismo, sabe que no es fácil serlo, no se miente, no se deja engañar por falsas promesas, sabe que sí algo quiere lo tendrá que lograr el mismo.
Alguien es una persona fuerte que en ocasiones salta el muro, sonríe, carga energías y disfruta del momento porque ya conoce a su inquilino y sabe a la velocidad que trabaja, lo que no sabe es en que momento se pondrá manos a la obra.
Alguien es simplemente persona, que busca lo que todos y que solo algunos encuentran.
Alguien es nuestro propio reflejo, alguien es él, tú, yo y todos. Todos somos ese alguien al que no debemos juzgar, porque todos buscamos lo mismo, todos buscamos donde se esconde la ansiada felicidad y alguien la ha de encontrar.
Por eso en ocasiones alguien oye gritar y no es más que él mismo que casi la pudo agarrar y la jodida se volvió a escapar.