sábado, 29 de noviembre de 2014
Letras del corazón.
jueves, 27 de noviembre de 2014
Castillos de arena.
martes, 25 de noviembre de 2014
Un cuento de final azul.
domingo, 9 de noviembre de 2014
Érase una vez, que fue.
Érase una vez que fue, de una diosa valquiria que se enamoro del más común de los mortales, un guerrero por supervivencia. Mortal, que por no tener, no tenía ni sangre pura, era, lo que se puede conocer como un híbrido, nacido de mezcla de razas. Ella descendía de los grandes dioses, guerrera y hermosa que bajaba a los campos para refrescar su mente y él, su guerrero, su amado, que se cobijaba ante la fría noche para calentar sus sueños. Así, como si de un sueño se tratase, él se enamoró perdidamente. El amor se abrió camino tras escarpadas montañas repletas de guerras, guerras entre hombres, hermanos contra hermanos, pero su guerrero salía indemne de todas y cada unas de las batallas. A la caída del sol, su amada se le hacía presente para regalarle su más preciada esencia. Se fundían en caricias y besos de amor, ocaso tras ocaso, batallas tras batallas. Y así, aquellos duros y tristes días que vivía la humanidad se les hacia llevaderos. Ella era su musa, su protectora, su amada y él, él no entendida como podía despertar ese gran amor en ella. Él, él se sabía un ser inferior. Cierto es, que ella habría de ser superior, ella sabía que la sangre no tiene estatus, ni diferencias de color. Ella sabía que todo lo nacido del amor habría de ser sano. Así pues, le regaló a su guerrero el más preciado fruto, le engendró a sus hijos y los trajo sanos al mundo, enfadando así a sus dioses y marcando éstos a sus hijos por el resto de los tiempos. Estos hijos, pasarían por herencia a su descendientes un corte en la barbilla, que sería la marca que los definiría como hijos insanos del amor entre una diosa caída, una valquiria y un común mortal. Dioses engreídos, habían creado sin saberlo, la marca de amor más grande de todos los tiempos. Marca de nacimiento que tendrá cualquier otra forma, apariencia o lugar, según amemos a través de los tiempos.