viernes, 29 de agosto de 2014

La abuela y mis zapatos

Sintiéndose abatida, sus gestas se limitaban a observar, sus fuerzas mermadas por la edad la hacían enmudecer, silencios que contaban toda una vida, grabados en aquellas pupilas que solo se tornaban cuando un sigiloso quejido se escapaba de entre sus labios, cortados y agrietados por el paso del tiempo. Tiempo que se le hacia infinito, ¡cuándo, una expresión hablo tan claro....! Pero un día más, su clemencia no fue escuchada, volvería a tornarse efímera su mirada, a enmudecer su alma, a contarlo todo en sus pupilas y a quejarse silenciosa de sí misma, por tener aún fuerzas para soportar un nuevo día en el que ya su historia no escribe nada nuevo. Esa historia que ya en años quedo terminada en hazañas, pero no en sufrimientos, esos no se pierden, esos se hacían presentes cada vez que brotaban lágrimas de aquellas enormes pupilas verdes, que contaban todo sin hablar. Generosa hasta el final, no quiso contar con su mirada que su clemencia había sido escuchada, sólo señaló mis zapatos y sin pensar se los puse, le estaban grandes, pero no importaba, sólo era un juego, creía..... Y mi viejita se marcho, se marchó sin hacer ruido, aquella que en un tiempo fue joven y hermosa se fue, se fue silenciosa, como en años estaba haciendo, sigilosa, frágil, tierna, regalándome más amor infinito del que no piensas existiera, de ese que se siente en el alma y convive en tu recuerdo, me regaló el todo, a cambio de unos simples zapatos. Un beso abuela, nos vemos en mis sueños.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Enferma de amor

Te busco en cada rincón, en cada porción de aire que respiro, en cada mirada perdida, en cada carta escrita, en cada libro en un cajón. Necesito de tu movimiento para sostenerme, de tu sonrisa para respirar, de tu habla para escuchar, de tu aliento para sentir que estoy viva. Necesito de tus noches para tener mañanas, te necesito tanto que estoy enferma de amor, un amor que me consume y a la vez, es mi agua en la sed, que me marchita porque nunca es bastante, un amor insano pero necesario para mí. Sin más, te quiero libre, porque las cadenas las llevo yo, amarrada a tu amor estoy, para sentir que vivo, para soñar, para viajar en tus besos, para pasear en tus caricias, para fundirme en un sin fin de sensaciones, que me elevan a la más plena satisfacción del amor. Y no quiero cura, si es sin ti, no quiero estar, sino es contigo, no quiero nada que me aleje de ti, porque no se vivir, sino es a tu lado No será lo correcto, no será lo apropiado, lo justo o lo merecedor, pero sí, si lo que me mantiene viva y rebosante de amor, enfermizo amor. Y cuento las horas que no estás conmigo y con ellas y sus minutos me enredo, me enredo en sin fin de fantasías, fantasías creadas para mi alivio, en las que tú y yo somos los protagonistas, somos los únicos y cuanto más tiempo consumo, más se ajetrea mi interior, ya está cerca tu llegada, ya casi te siento mi amor.