viernes, 18 de abril de 2014

Viernes en mi rincón.

Era la necesidad de contar lo que sentía lo que le llevaba a escribir, poder vaciar su interior para escucharse en su escrito.
Solía nadar en su mente y recrearse en la frescura que le proporciona su mar interior. Provoca ligeramente los sentidos con las yemas de los dedos, para salir impulsada por un calambre de realidad que le hace plasmar lo que cobija en su interior.
Es sólo su juego, su distracción, su evasión, sus ganas de sentir la vida y disfrutarla lo que le lleva a perderse en su imaginación y hacer de ella un relato en el que manda su estado emocional.
Es la tarde de un Viernes Santo en un pueblo a la orilla del mediterráneo, la brisa acerca el aroma a flores y cera caliente de la procesión que tímidamente recorre las calles, mientras, el pueblo devoto le canta saetas y lo mece suavemente.
Ella aguarda en un callejón cogida de la mano de su amor, espera el momento de cruzar una mirada con su señor y darle gracias por otra primavera más.
El sol ya se despidió y la brisa y el olor a mar le calan en su espera, la despeina hermosa y le brilla la mirada, el señor esta más cerca. Los tambores repican, las mantillas rezan y los nazarenos le iluminan, pasos procesionales que arrullan a nuestro señor.
Sensaciones salpicadas de olores, sonidos e imágenes alborotando a flor de piel, tarde noche exuberante y prodigiosa a los pies de nuestro señor Jesucristo.
Ventanas enrrejadas cargadas de geranios, balcones engalanados y vecinos ataviados con sus mejores galas, visten a este Viernes Santo, gozo de los habitantes del pueblo y por supuesto para el disfrute de ella y su amor, que sentados a la orilla del mar la luna les regala su reflejo y da brillo a una noche preciosa, preludio del amor que ambos se procesan.
Pasado el día sus recuerdos empiezan a brotar y es su interior el que acoge para no olvidar.


jueves, 17 de abril de 2014

Aveces cree oír un aplauso.




Había estado muchos años dando tumbos sola por la vida, muchos la observaban y le criticaban, sobre todo por su aspecto, se había abandonado por completo. No era ni la sombra de lo que fue antaño, era irreconocible, por eso no miraba a los ojos cundo le hablaban, sentía tal verguenza que le aplastaba por completo.
Recorría las calles sola, para poder llorar tranquila sin testigos, esos que miraban pero nunca ayudaban. Andaba sin parar y en sus caminos encontró de todo, era su mundo aparte, que comenzaba a partir de cerrar la puerta de su casa para salir a la calle.
Había veces que no se explicaba, como sus hijos salían adelante, ella no era madre, era un falso proyecto con capacidad de engaño, pero nunca a si misma, su máscara tampoco le miraba a las ojos y la verguenza le pegaba tortas en la cara para que espabilara de su letargo.
La tristeza somatizaba su salud y más se deterioraba, aveces pensó en morir, pero era un ser cobarde.
Solo se aferraba en soñar despierta, de que alguna vez su vida le regalara la oportunidad de sonreír.
Sus problemas de salud por no querer vivir, le llevaron a un quirófano, donde tuvo una mala experiencia con la anestesia, fue ahí donde reacciono y vio la gran cantidad de tiempo perdido e irrecuperable.
No habló con nadie, pues ya se sabía sola, empezó a cambiar su vida sin pedir permiso, ya tenía edad de hacer y deshacer por sí misma. Manos a la obra, empezó a recuperar parte de su físico y ha sentirse más completa.
Cuando su sonrisa brotaba sus hijos lo notaban y ella empezaba nuevamente a ser madre, aunque sus lágrimas no se marchaban por completo.
Hubo un hombre en su vida, el mismo que la anuló y la apartó al lugar de los apestados. Ella se enamoro de lo distinto y eso mismo le llevó a una tortura mental. No sabía si era un hombre sensible o su tendencia sexual estaba equivocada. Hasta se armó de valor y le preguntó, él estaba algo más receptivo al ver su cambio y por momentos pareciera ser una persona nueva.
Pero a quien iban a engañar, aquellas miradas nunca se cruzaban, sus máscaras impedían que calaran sus miradas.
Ella sabía que no tenía vida, pero su cobardía la envolvía en papel lija y le raspaba el alma.
Deseaba con sumo cuidado, ya la vida le premio en algunos deseos que se convirtieron en infierno.
Y ahí está, sola, danzando en el teatro de su vida, esperando el siguiente acto y deseando tímidamente un final con aplauso incluido.

martes, 15 de abril de 2014

Cierro mis ojos

El no sabe hacerla sentir especial, ella se desgarra por dentro, cuando su mirada se pierde en el vacío estando ella tan cerca.
Quiere sentirse felíz y a ratos lo consigue, ella duda, sabe que la felicidad se cuenta en momentos, ¿será éso felicidad?, entonces porque su mente no descansa en los momentos intermedios.
Si las dudas le asaltan será porque no está completa, su vacío interior se agranda hasta devorarla, la deja ensimismada,  perdiéndose lo mejor de su momento.
El dice que la quiere, ella no lo siente, quizás sea ella quien no ama.
Cierra los ojos y siente lo que desea,  desea con tanta fuerza que se eleva suavemente, pero su naturaleza le hace descender y entonces se da cuenta.....
Se da cuenta que el, no sabe hacerla sentir especial.

viernes, 11 de abril de 2014

La respiración de los recuerdos.

Sentía desvanecer su alma, no le tenía cerca y por momentos olvida respirar. Con sus dedos dibuja su rostro, se para tímidamente en los labios y le besa.....
Poder infinito de su mente,  que le daba un golpe de aire cuando sus labios chocaban y le recordaban respirar, para no desfallecer en la ausencia, de aquél a quien ama.
Y la realidad se pega a su edredón, entre sábanas sueña con pasión, la intensidad le transporta a la realidad, esa que vive en el colchón ...se mezclan tan perfectas que ya no distingue, ya sólo, siente amor.
Despierta enrevesada, palpitante, excitada y llena de padión. Humeante de erotismo, con sus manos juega al amor, se retuerce  incompleta con un deseo áspero de hacer el amor. Respiración entrecortada, hasta tal punto de resignar y esperar a que las ausencias acorten distancias,  para que sus manos disfruten del tacto de la realidad del amor.