miércoles, 10 de diciembre de 2014

Muñecas de papel

Princesas de fiesta y colorín, preciosas criaturas danzarinas de infancias sacrificadas. Esfuerzos vitales para ser la mejor, pies castigados y encallados con dolor, que consiguen cuerpos magníficos que gustan al trovador, que te embauca al oído con cantos de amor. Pequeñas mujercitas que bailan con pasión, que tras bambalinas despiertan al amor. Pobre bailarina que se enamoró del hombre sin corazón, aquel que de niña la enseñó y de mujer engañó. Se acabo el confeti de la ilusión, que al suelo cayó como lágrimas de aflicción, por un desengaño lleno de cruel dolor. Ya no bailas princesa, qué fue de tu ilusión. Dejemos que pase el  tiempo y mires atrás sin rencor, que brille la pequeña bailarina que aún guardas en tu interior.

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